Lo bonito de una tradición es ser capaz de mantenerla viva. En el Estado español es tradicional que, cada vez que hay "alternancia" en el gobierno (deja de gobernar "A" para gobernar "B", o viceversa), el recién llegado "B" haga una Reforma Educativa que acabe con la hecha por "A". Una tradición como otra cualquiera.
Además consigue aparentar que tiene interés en relación con un asunto que en España se organiza de un modo pésimo (otra tradición que viene de lejos).
Muchos ya estarían echando en falta la reforma educativa del Partido Popular (B), recién llegado al poder, como el otro que dice. Pues, están en ello: ya llega el anteproyecto de ley de lo que se llamará Ley de Mejora de Calidad Educativa (¿LEMECAE?)
«El Gobierno ha propuesto una reforma educativa que contempla evaluaciones "externas" y "estándares" en todas las etapas (primaria, secundaria y Bachillerato) para poder comparar el rendimiento entre las comunidades autónomas. Estos exámenes serán imprescindibles para...»
Como decimos en Andalucía: ná de ná. Es el blablablá de siempre, ya saben. Cambiarlo todo para dejarlo... peor
Menos mal que el tiempo, sabio y justo, sabe valorar de un modo objetivo las reformas educativas hechas durante las últimas legislaturas.
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