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viernes, julio 18

Los Trinches

Llaves


Hoy, 18 de Julio, recordamos la triste efeméride de aquella rebelión fascista que llevó al Estado español a una (otra) época oscura y gris, a un tiempo (otro) de dolor, represión y sufrimiento.

Sirva, como homenaje a todos los andaluces que dieron su vida por la defensa de un régimen democrático legítimo, estas palabras de la descendiente de uno de aquellos guerrilleros andaluces, El Trinche, Esta es parte de su historia, contada, con orgullo y dolor, por su nieta:

«Mi abuelo y sus siete hermanos fueron asesinados, unos en la guerra y otros en la posguerra. Les apodaban “Los Trinches”, como apodan ahora a mi padre, y a mí.

El Trinche fue un guerrillero, un Maqui, en la zona de la Viñuela, en la Comarca de la Axarquía: o se echaba al monte o lo mataban directamente por ser rojo.

Fue asesinado brutalmente por Pepiro, de un tiro a bocajarro que le dejó el cráneo destrozado. Lo llevaron a las puertas del cementerio de La Viñuela y allí lo enterraron como a un perro. Después, la Guardia Civil, al oír a Pepiro relatar su "hazaña", mandó desenterrarlo para comprobar que el asesinado era de verdad el famoso Trinche. Con fecha 3 de enero de 1948 la Guardia Civil emitió el siguiente parte:

 “Como consecuencia de los servicios realizados por los cuarteles de Alhama de Granada y La Viñuela (sic), entre los días 18 al 31 del anterior, han dado por resultado la muerte de El Trinche, natural de Benamargosa".

Pepiro, el asesino, no era guardia civil ni militar, y quedó absuelto de su fechoría, y encima con honores. A todas las personas que dieron apoyo y asilo a El Trinche, los asesinaron o encarcelaron. Como le ocurrió al dueño del cortijo El Parador (ahora desaparecido dentro de las aguas del pantano de La Viñuela). Orgullo llevo en el corazón de pertenecer a esta familia que luchó por la Libertad.»


En la fotografía podéis ver algunas de las llaves que tenía en su poder la Guardia Civil, correspondían a los cortijo de la Comarca de la Axarquía, en Andalucía. Las utilizaban a su antojo en la represión a la población civil y en la lucha contra las guerrillas antifranquistas (Maquis) que hasta el año 1957 intentaron devolver al Estado español al orden constitucional previo al golpe de estado del 1936. La Guardia Civil contaba con carta blanca para entrar donde y cuando quisiera, una parte más del reinado del terror que sacudió nuestra tierra durante muchos años.