Antes de la crisis, en este país, ser arquitecto era un estatus, sinónimo de trabajo bien remunerado y reconocido socialmente. Y más, si estabas cerca del poder.
Pero, nada es para siempre, la burbuja explotó y "se paró la obra".
Pero, nada es para siempre, la burbuja explotó y "se paró la obra".
Nada ha vuelto a ser lo mismo...