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Los plateamientos del defensor de menor me recuerdan, por absurdos, a una antigua sentencia judicial. En ella, su señoría, absolvía al acusado en un caso de violación argumentando que la víctima "había provocado al violador al ir vestida con una minifalda"... vaya, que la muy zorra había incitado la naturaleza intrínseca de "macho español" en un pobre hombre y, claro, al pobre hombre no le quedó más remedio que violarla para aliviarse.
Me parece una solemne majadería pedir que retiren este anuncio con los argumentos que se han dado. Porque, pensemos: tú ves la foto y... ¿te excitas?... ¿sientes un deseo irrefrenable de hacer turismo sexual?.
(Si tus respuestas son afirmativa, un consejo y una súplica: pide cita para el psiquiatra y, no vuelvas por aquí hasta que te den el alta).
Aunque, reconozco, que no me gusta la foto. Pero porque no soporto esa manía de hacer pasar a los niños por adultos. Eso es lo que me molesta de la foto. Y no es culpa de Armani, ni de su catálogo. O al menos no es más que de cualquier otra empresa o integrante de nuestra sociedad.
Lo que me preocupa es el temor de que estemos acelerando, de un modo artificial, el crecimiento mental de los niños. Nos empeñamos en que sean adultos de modo precoz. Y no por una maduración natural, sino por una maduración inducida que esconde un interés bastardo: incorporarlos cuanto antes al mundo del consumo. Así, nuestra sociedad, está haciendo que niños con 10 años tengan las inquietudes que tenía un niño con 16 años hace una decena de años.
Vivimos demasiado deprisa y hacemos que vivan deprisa nuestros hijos. Y les estamos robando la infancia. Y estamos consiguiendo unas generaciones que, en realidad, nunca llegan a madurar... Eso es lo que me molesta del catálogo infantil de Armani Primavera-Verano 2007.
+Info: El País - Catálogo Armani
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