martes, junio 26

Una pequeña victoria

Corría el ya lejano diciembre de 2008 cuando, en estas misma páginas virtuales de La Arbonaida, confesé públicamente cual era mi palabra favorita de la lengua castellana. Se trataba, se trata, de: canalillo. También manifesté mi descontento por el hecho de que las "sesudas eminencias" de la Real Academia de la Lengua Española ignorara en su diccionario a una palabra tan vital, elegantemente sensual, prometedora, tibia, confortable, llena de misterio y de magia... 

Esta fue la entrada de aquel diciembre de 2008:
    


Ayer lo decidí: elegí mi palabra favorita de la lengua castellana. Podría haber escogido una de esas palabras que suenan tan bien, que definen bellos sentimientos y están cargadas de buenos propósitos: libertad, amor, solidaridad, esperanza... pero busqué algo más accesible y cotidiano. Quizás porque últimamente estoy poco trascendental, demasiado mundano.


Y me dió igual que no estuviera recogida en el Diccionario escrito por las sesudas eminencias de la Real Academia de la Lengua Española (¡qué sabrán ellos de bellas palabras, esos vejestorios mojigatos!).


Mi palabra favorita es "canalillo". Es sonora, alegre, optimista. Está llena de sensualidad y tiene un punto de erotismo, pero no cae en lo vulgar ni en lo soez. Y todo ello, a pesar de la definición tan fría y aséptica que, para esta palabra, tiene la Federación Internacional de Asociaciones de Anatomistas: "región del cuerpo, surco intermamario". ¡¡¡No!!! el canalillo no es eso, no es sólo eso. Es más, mucho más.


Desde aquí hago un llamamiento a la Academia de la Lengua Española para que incluyan en la próxima edición del Diccionario esta palabra (si lo hacen, me retractaré de lo de "vejestorios mojigatos", para que no haya mal rollo entre nosotros).


Quiero "canalillo" en el diccionario.... ¡¡ya!!


¿Y vosotros? ¿Tenéis "palabra favorita"? ¿Cuál es?


(Pensarán alguno/a que este post es una simple excusa para poner una foto de Scarlett Johansson... chi lo sa?)



En estos días, en junio de 2012, leo en la prensa que, dentro de la quinta revisión del Diccionario impreso en 2001, los vejestorios mojigatos de la Academia incluye 1.697 modificaciones. Entre ellas ¿cuál diríais que está? Pues sí, esa:

 canalillo. [Adición de artículo]. M. coloq. Comienzo de la concavidad que separa los pechos de la mujer tal como se muestra desde el escote.
Diccionario de la Real Academia de la Lengua 


 No me gusta NADA esa definición: es fría y aséptica (como el acero inoxidable). Pero, lo prometido es deuda y, tal y como me comprometí en aquel diciembre de 2008, retiro lo de "vejestorios mojigatos" para referirme a los académicos. Y pasaré por alto la penosa flacidez de la definición achacándola a los bajos niveles de testosterona que provoca la edad en nuestros ilustres académicos (creo que no lo estoy arreglando, ¿verdad?)

En cualquier caso, esta victoria me ha animado. Buscaré más palabras que quisiera ver en el DRAE....

5 comentarios:

Genín dijo...

Yo prefiero que abarque todo el territorio, y como pechos no me gusta, me quedo con TETAS...jajaja
Salud

Ester dijo...

Me he quedado con las ganas de saber cual sería tu definición.
Y como siempre respondo a las preguntas, mi palabra preferida es “bressol” pero por si me la descalificas te doy otra: “palmenta”, claro que depende para que la quieras.
Hace un tiempo envié a todos mis conocidos una lista con varias palabras y pidiendo que añadieran la que cada uno quisiera, salvo excepciones, todas eran de lo más obvio. Siguen siendo mis amigos.
“Pelín” como medida de tiempo no está en el diccionario.
Saltos y brincos Ester

pau dijo...

Cuatro años para conseguirlo...
Mejor te apresures y de paso busques otra amenaza, porque esa ha quedado en desuso.

Suntzu dijo...

Reconoce que una definición más "caliente" podría no ser muy ortodoxa. Felicidades por la parte que te toca, Landa.
Un abrazo.

SARABEL dijo...

me has dejado pensando !cual sera la mia! jajajjajja