viernes, diciembre 22

"¡Bah!. ¡Paparruchas!"

Buon Natale, Signore Scrooge.
He de reconocer que mi espiritu navideño ha sido siempre muy flojito. En casa tengo fotos de cuando era un tierno adolescente, fotos de Nochebuena y, mi cara lo dice todo... aburrimiento absoluto. No penséis que tengo algún recuerdo triste o desagradable unido a la Navidad no, nada de eso. Es... que no me gusta, simplemente. Por ello, cada vez que he leído Canción de Navidad, o he visto alguna película basada en él, mi simpatía iba hacia el pobre Señor Scrooge. Él era un trabajador nato, un ejemplo a seguir por el liberalismo actual, un "self-made man" que dirían los angloparlantes. Su único pecado era... que no le gustaba la Navidad. Por ese terrible pecado se le hizo pagar con creces, se le torturó psicológicamente hasta volverlo un viejo bobo, sensiblero y llorón que se meaba encima de emoción sólo con ver el muérdago. No penséis, de todos modos, que Mr. Scrooge es un ejemplo a seguir para mí. Pero me molestó su adoctrinamiento simplemente por pensar distinto. Desde aquí, desde La Arbonaida, ahora que se acerca el tiempo de Navidad, quiero rendir un homenaje a todos aquellos a los que les sale salpullido con la Navidad y que, por cuestiones puramente comerciales, la tienen que sufrir desde principios de diciembre y hasta la primera semana de enero. Sufrid en silencio... vaya que se entere el Espectro de la Navidad Futura y, encima, venga a "adoctrinaros". A todos los Mr. y las Mrs. Scrooge... mi más amistoso y solidario saludo y... Feliz Navidad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias.

Anónimo dijo...

GRACIAS!!

Igual más allá de mi negativa a la Navidad me enloquecen las películas de Billy Cristal sobre la navidad y las vacaciones, me resultan muy chistosas y como las pasan todos los años para estas fiestas las veo una y otra vez. :)

pd: ahora sí merezco que saques los porotos. Pero bueno, estoy llena de antagonismos, como Puccini y Pantera. :D

Saludos!!

Marta Salazar dijo...

Hola hola! te entiendo perfectamente... hay que ser libre, para pensar y comportarse siempre -también en Navidad- como una/uno quiera comportarse.

Si hay una cosa que detesto es que me impongan convencionalismos sociales absurdos, que es lo que sufro desde que vivo en Alemania.

De las navidades con mi familia (con la gran familia) sí tengo muy buenos recuerdos, todo era super libre y c/u hacía lo que quería, nos reíamos mucho y había realmente paz y amor que salía del corazón y no tenías que sonreir por obligación...

es un poco lo que escribí la semana pasada acerca del stres navideno en Alemania.

Un abrazo!

Landahlauts dijo...

Creo que todos tenemos, en el fondo, una extraña relación amor-odio con la navidad.
En lo positivo tiene los recuerdos infantiles y en lo negativo lo desvirtuada que está de lo que, se supone, ha de ser.

Marta... leí el post del estress navideño. Aquí ocurre muy similar. Un abrazo.

Apus... nada de quitarte porotos.