martes, junio 6

¿Motivos?

No soy mitómano. Aunque supongo que los enlaces recomendados en LA ARBONAIDA pueden dar a entender lo contrario: Maria Callas (La Divina), Madonna (Santa Madonna), Michael Schumacher (Der Kaiser) y Mozart (Wolfie). Dicen mucho de la música que escucho o de cuales son algunas de mis aficiones, pero nada más. Aclaro esto por la foto de Audrey Hepburn que hay más arriba. No soy un fan incondicional de ella, ni conozco todas sus películas de memoria, aunque supongo que las he visto todas. En realidad la foto de Audrey Hepburn tampoco está ahí por sus belleza, que la tiene. Está por sus ojos. Esos ojos profundos que transmiten inocencia, tranquilidad y paz. ¿No es suficiente motivo?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

María Callas, es una de las primeras cosas que ví cuando entré por primera vez y me llamó la atención. Con mi hermana hace tiempo que buscamos su versión de Madama Butterfly sin suerte. Aunque la de Puccini no está nada mal, no es lo mismo.

Audrey Hepburn, sí, creo que yo también vi todas sus pelis y es preciosa, sin dudas.

Landahlauts dijo...

María Callas tenía una fuerza dramática muy grande, era muy convincente en sus interpretaciones. Eso es lo que más me gusta de ella, daba vida a sus personas en todo el sentido de la palabra.

Anónimo dijo...

Yo siempre fui más de Katherine Hepburn, me gusta la delicadeza de Audrey pero el carácter de la otra me fascina (ya ya se, no me recordeis su vida que no es precisamente coherente desde que conoció al señor que bebía...).

Landahlauts dijo...

El amor lleva muchas veces a hacer cosas poco coherentes, Ros. A Maria Callas el amor la llevó a hundir su carrera y, dicen muchos, que al suicidio, nunca lo sabremos.

Anónimo dijo...

dicen que una mirada vale mas que mil palabras,que a través de la mirada se ve el alma de las personas...y a veces es cierto. Para mí es hermoso mirar a los ojos de la persona que quieres

Anónimo dijo...

COMO HAN DE SER TUS OJOS

Mujer... no tendré un beso de niño para ti
ni de viejo, ni de sátiro...
cuando vengas no besaré tus mejillas
ni tu frente, ni tus labios.
Pondré mi boca en los pliegues
recogidos de tus párpados
y beberé el agua clara
que suba a tus ojos claros.
Trae unos ojos azules, mujer,
trae unos ojos azules, de un azul tranquilo y claro
que tengo sed...
sed de peregrino cansado
de muchas jornadas duras
por caminos solitarios
y quiero
llevar mis labios
al agua clara y tranquila
de un remanso que refleje
un cielo tranquilo y claro.

León Felipe

Anónimo dijo...

ole!!! viva el arte para escribir poesia!!!