Saltaba la noticia el 30 de agosto pasado: Unas obras de construcción de un aparcamiento en el Paseo del Violón de Granada dejaban al descubierto un antiguo muro de contención del río Genil. El muro estaba compuesto por restos de periodos diversos: Época Zirí: Datados entre finales del siglo XI y principios del XII. De 6 metros de longitud por 0’90 metros de altura. Muy erosionados por el efecto del paso del agua. Época Almorávide-Almohade. Datados entre los siglos XII y XIII. De 17’30 metros de longitud por 2´90 metros de altura. Época Napoleónica. Datados entre los siglos XVIII y XIX. Construido con materiales provenientes de construcciones anteriores. La empresa adjudicataria de la obra Grupo UCOP, que por cierto era también la adjudicataria de la explotación de los aparcamientos, se encontraba con el problema de una parada que podría dilatar los plazos de obra (la entrega estaba prevista en 18 meses). También estaba el problema de la reducción en 58 plazas (inicialmente) de la capacidad del aparcamiento. El Ayuntamiento de Granada recibiría, por contrato, 1.150 euros por cada plaza de aparcamiento: a menos plazas menos dinero, con lo cual también se vería perjudicado. La Delegación de Cultura de la Junta, en esa política de confrontación que desarrollan Junta-Ayuntamiento de Granada (tanto monta, monta tanto) y de darse puntapiés por debajo de la mesa, tampoco parecía tomarse los trámites con mucha diligencia (no se sabe si es su modus operandi o era por fastidiar al "enemigo político"). Posteriormente la Delegación de Cultura de la Junta abrió expediente para la declaración de los restos como BIC (Bien de Interés Cultural) argumentando el hecho de que dicho muro o dique de contención situado en el margen izquierdo del río Genil, en la afluencia del río Darro, es un una obra de ingeniería hidráulica "relevante y excepcional, fundamental para comprender la ordenación espacial y evolución histórica del territorio inmediato". El caso es que un buen día... la empresa constructora UCOP, dejó de ser constructora y se transformó en demoliciones UCOP. El 20 de diciembre en "una intervención sorprendente" contra el patrimonio, según explicó en rueda de prensa el delegado de Cultura se produjo un daño irreparable en el muro contención, se destruyeron, aproximadamente, veinte metros lineales. El delegado informó que la Policía Autonómica había levantado acta de lo ocurrido y había llevado el caso al juzgado y la fiscalía por considerar que podría haberse producido un delito contra el patrimonio contemplado tanto en la legislación autonómica como en la estatal. El delegado de Cultura criticó la actuación de la empresa por este "desprecio hacia la normativa", al tiempo que señaló que la integración del muro en las obras del aparcamiento no hubiera supuesto la perdida de muchas plazas, ya que, en total la conservación del muro supondría la pérdida de un máximo de 72 plazas, un 12 por ciento de la totalidad de las plazas del aparcamiento. La empresa justificó su actuación, según informó el delegado, señalando que el derrumbe se produjo por la cercanía del muro con un colector que había que destruir, algo que "no es ninguna justificación y es una mala justificación, señaló porque el colector tocaba "tangencialmente" el muro. Por enésima vez, los andaluces asistimos, iba a decir indignados, pero más exacto sería indiferentes, al expolio y/o destrucción de nuestro patrimonio a plena luz del día, en el siglo XXI y en esta Europa “tan culta y sensible”. Y yo me pregunto, ¿por qué?. Pensemos un poco: · Gastos con el muro “caído”. Los gastos para la empresa constructora (que a la vez es la explotadora del aparcamiento, importante que no se olvide) por el daño supuestamente cometido serían la multa por el expediente de Cultura (150.000’00 €) más las responsabilidades por el supuesto delito por daño al patrimonio cultural. · Gastos con el muro no “caído”. Los gastos podrían haber sido: los gastos inherentes a una obra parada, la sanción por los gastos de demora en entrega de la obra, más la pérdida de plazas durante todo el periodo de explotación del aparcamiento (40 años) con el consiguiente lucro cesante.
Probablemente salga más rentable la obra ahora que el muro "se ha caido".
Algo parecido pasa con los daños que causan algunas empresas al medio ambiente, sale más barato contaminar que evitar la contaminación. Nuestro patrimonio a la mierda, “por un puñado de euros”. Patético.
No hay comentarios:
Publicar un comentario