domingo, enero 24

Haec ornamenta mea sunt...

Haec Mea Ornamenta Sunt

Cuentan las crónicas que Cornelia, hija de Escipión el Africano, fue madre de los más importantes reformadores que tuvo aquel Imperio nacido en las siete colinas: Tiberio y Cayo Graco.

Y cuentan esas mismas crónicas que, en una reunión de esposas patricias, con damas que lucían sobre sus cabezas y hombros una parte del oro que sus guerreros habían traído de las campañas, le pidieron a Cornelia, mujer austera, que mostrara sus alhajas.

Cornelia mandó a buscar a sus hijos, puso las manos sobre sus cabezas y dijo: “Éstas son mis alhajas…”

8 comentarios:

  1. Como madre, modélica. Pero podía haber delegado la elección de nombre para sus alhajas... :-)

    ResponderEliminar
  2. Ohhhhhhhhhhh que potito.... me ha hecho llorar, snif...

    ResponderEliminar
  3. sabés que también a mí me hizo llorar.......

    ResponderEliminar
  4. Estas alhajas no se guardan en cajas fuertes,se les ha de sacar brillo poco a poco,disfrutar de ellas en bonitos paisajes y mimarlas mucho mucho.

    ResponderEliminar
  5. Ole tus obras de arte, Landah. Que los disfrutes muchos años y ellos a tí.

    ResponderEliminar
  6. El Niño y La Princesa...
    Ésas sí que son las mejores alhajas, sí señor, y lo demás son cuentos!

    A disfrutarlos!

    Muxutxuak... (para ellos)!

    ResponderEliminar
  7. Eso si que es un pedazo de frase, oiga.

    Carpe Diem

    ResponderEliminar

Venga, di algo, que no sea yo el único...