lunes, junio 16

La viajera más triste del mundo

Soul Travelling Alone Overseas 
Allí estaba ella. A diez mil kilómetros de casa: rodeada de extraños, escuchando palabras desconocidas y en el bullicio de una fiesta que no comprendía. Ajena, perdida, absorta. Apretada contra su pecho estaba su mochila. Allí guardaba todo lo que la unía a los suyos: su pasaporte, un billete de avión de Málaga a Narita, su teléfono móvil, el iPod con su música, sus pastillas para el mareo, los chicles de su marca favorita, su tarjeta de Japan Rail Pass. Aquella mochila era el frágil hilo que la mantenía unida a su hogar. Y pensó que, quizás, este viaje a Andalucía no era el mejor modo de olvidar a Kimutaku. Que eran muchos kilómetros esos diez mil kilómetros. Que el corazón le seguía doliendo. Que no había dejado de pensar en él ni un solo instante. Que no era huir la solución para el desamor. Y que, además, no se lo podía decir a nadie. Porque nadie la entendía. Se sentía sola. Jodidamente sola. Y le dolía el alma.

Fotografía: Soul Travelling Alone Overseas
  Autor: Landahlauts

19 comentarios:

  1. No se puede huir de la tristeza, allá donde vayas, da igual la distancia, siempre te acompaña. Cuando te sientes así, necesitas renovarte cambiando de aires, de gentes, expermientar cosas nuevas, pero para ello tienes que enfrentarte primero a tus miedos, no puedes huir del luto, el luto es la mochila, no te lo puedes llevar contigo de viaje. Primero hay que pasarlo.

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  2. Pesado equipaje el del la chica. Facturación doble en el corazón.

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  3. Hay cosas de las que no se puede huir...y eso es, con perdón, una putada...

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  4. Qué bonito relato pero, a la vez, qué nostálgico.

    Un abrazo.

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  5. Que facil es sentirse sola acompañada de ruidosas multitudes.
    (no es pregunta).
    :-)

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  6. Si es que... simepre lo más difícil es huir de uno mismo.

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  7. Me ha recordado al documental "La leyenda del tiempo", de Iñaki Lacuesta. Precioso.

    Besines.

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  8. Marta:
    Cambiar de aire puede ayudar, o no. No hay más que ver sus ojos.

    Caulfield:
    Esa maleta pesa, amigo.

    Merce:
    Lo es. Demasiadas veces.

    Bornne:
    Gracias! Me alegra que te haya gustado.

    Luna:
    Las multitudes en este caso, ni siquiera están

    A todos:
    Gracias. El relato surgió de una de esas fotos que tomo por la calle a personas desconocidas. Sí, una costumbre muy fea, pero que la tengo. Era un día de fiesta, la calle estaba llena de gente (La Tarasca). Y la vi allí, sola, fuera de lugar... asustada.
    Y se me ocurrió este relato que, espero, nada tiene que ver con ella realmente.

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  9. Breuil:
    Hay quien lleva intentándolo toda la vida... y no puede.

    Peritoni:
    :)
    Gracias!

    Ana:
    No lo conozco. Pero me has abierto la curiosidad.

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  10. ¿Seguro que no estaba concentrada en tirarse un pedo sin hacer ruido?

    O lo mismo Kimutako había ido a micionar a algún bar de la zona y ella le sujetaba la mochila que él siempre cargaba.

    Quizá...

    Joer, Landa, es que el relato era mu triste y me lo he creído. Necesitaba crear alternativas, otras historias aunque cutres medio verosímiles :P

    Saludos

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  11. Apunte.

    Con "medio verosímiles" me refería a las mías. Que me he releído tras publicar y queda fatal como está dicho. Tu historia demasiado real.

    Fin apunte.

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  12. Jajajaja
    Muy bueno, Uno, pero yo es que a mi siempre me han gustado los libros y las películas que no tienen un final feliz. Los veo más verosímiles.

    Gracias, Saludos.

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  13. me ha gustado tu historia, poquitas palabras y me encogiste el corazón. Besos

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  14. triste historia.
    Cuando leí lo de la viajera más triste se me vino a la cabeza la obra " 7 Personajes en busca de un autor " no sé porque .
    Que compraba un billete a otra ciudad que a la que en verdad iba , para engañar a la depresión y que cada uno se fuera a un lugar distinto , su depresión y él.
    saludos

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  15. Me gusta mucho la foto.

    Y el relato.

    :)

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  16. :-( ...

    leí hace tiempo un "chiste"-viñeta que he recordado... se veía un paisaje sobrecogedor, a partes iguales por la fiereza abrumadora y por la desolación, y un hombrecillo caminando, que decía (o pensaba), en tres bocadillos:

    - pensé que 10.000 km servirían para olvidarla...
    - supongo que...
    - seguiré caminando...

    pues eso.

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  17. Lo que su rostro pueda mostrar es muy diferente a lo que su alma siente.

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