Fotografía: #3
Autor: *starshaped*
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas, que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán cenizas, mas tendrán sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
Autor: *starshaped*
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas, que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán cenizas, mas tendrán sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
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Ponerse delante de un folio en blanco , y que te salgan cosas así, debe ser la hostia...
ResponderEliminarBesos, castos.
Este poema de Quevedo es una maravilla.
ResponderEliminarGracias
Maravilla es el poema y la foto maravilla es.
ResponderEliminarUN AMOR MAS ALLÁ DEL AMOR...
ResponderEliminarUn amor más allá del amor,
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y de la compañía.
Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
Un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.
Un amor para estar juntos
o para no estarlo
pero también para todas las posiciones
intermedias.
Un amor como abrir los ojos.
Y quizá también como cerrarlos.
Roberto Juarroz
¡Cómo me gustan estas entradas que nos dejas aquí, Landa! Hermosa foto, hermoso poema... Me alegraste el día.
ResponderEliminarPerder el respeto a ley severa; una forma de amar, de intentar volver a vivir.
ResponderEliminarPreciosa elección Landa. Saludos
Siempre me ha conmovido este poema...
ResponderEliminarBesines.
un verdadero soneto. Cuesta imaginar que para que suene con contundencia deba responder a las leyes de la métrica.
ResponderEliminarQuevedo dejo muy alto el listón, sus “marcas” permanecen imbatibles.
ResponderEliminarEs curioso como sin burlar la rigidez del método consigue tanta elocuencia y tan bellamente expresada, me encanta su técnica carente de artificios y subterfugios. Sospecho que bajo esta aparente sencillez se esconde un método complejo de elaboración diría que único puesto que con él desapareció.
Conozco una profesora norteamericana que se decidió a estudiar filología española únicamente por admirar en Español los poemas de Quevedo, algún día dejare alguno de sus poemas por el buzón.
Muchas gracias, que ni pintado a las fechas.
ResponderEliminarCon vaya genios te codeas. Quevedo, ¡casi nada!
ResponderEliminarGracias por recordarnos este poema, tan genial como su autor.
¡Un beso!
Quué bien vivió y escribió Quevedo, a una nariz pegado.
ResponderEliminarAhí le has dado...
ResponderEliminarAl final voy a terminar deseando que empiece la navidad...es que ha sido un fin de semana muy largo con la muerte y los muertos por protagonistas....
ResponderEliminarVaya tres últimas entradas Landah, y desde el 1 de noviembre sin publicar nada, ¿no sería este el anticipo de una despedida anunciada? Espero que no, espero que el día de los muertos sólo haya sido un espejismo, un descanso necesario en este mundo blogueriano en el que tanto se aprende. Si me estás oyendo, estés donde estés, vuelve pronto. Salú Landah.
ResponderEliminarQuevedo es mucho Quevedo. Y lo tenemos muy abandonado, demasiado.
ResponderEliminarYa estoy aquí, Lamalgama.
:)
Saludos a todos.