sábado, febrero 12

Revolución 2.0 o el fin de la hijoputez

Mirada

Hace poco menos de un mes Zine el Abidine Ben Ali dejó de ser presidente de Túnez y ayer Hosni Mubarak dejó la presidencia de Egipto. Ambos lo han hecho presionados por una opinión pública descontenta, aburrida de corrupción, de pobreza, y de represión. Y, curiosamente, ese descontento se ha cohesionado y amalgamado gracias a las redes sociales. Es la Revolución 2.0.

Durante todas estas semanas, desde comenzó a sonar la voz del pueblo en Túnez, contemplamos como hay cierta inquietud entre los dirigentes y la población de países europeos y norteamericanos. Están nerviosos al pensar que ese equilibro de fuerzas (mantenido hasta ahora en muchos casos a sangre y fuego) se viene abajo. Y todos estos sucesos añaden inestabilidad e incertidumbre a la economía: algo que irrita al Dios Mercado, ese bajo cuyo yugo gobiernan serviles nuestros mediocres dirigentes. Fruto de ese temor occidental, en las multitudinarias manifestaciones de los países árabes hay quien investiga preocupado el porcentaje de mujeres con burkas y barbudos vestidos con kandoras y con el tasbih en la mano. Quieren saber si la "mano negra del fundamentalismo islámico" es la que está promoviendo estos disturbios como un modo de desestabilizar la región y, de camino "al diablo occidental".

Cuentan las crónicas que Cordell Hull, el que fuera Secretario de Estado con el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt, dijo del sanguinario dictador nicaraguense Anastasio Somoza García: «Puede que sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta».

Y, en muchos países árabes, el pueblo está cansado de hijos de puta que sólo sirven intereses extraños y los particulares. Y les importa un pimiento que sean "nuestros hijos de puta". Llegados a este punto cabe preguntarse ¿a qué país llegará esta Revolución 2.0?: ¿Marruecos?, ¿Yemen?, ¿Jordania?, ¿Libia?, ¿Arabia Saudí?, ¿Siria?. Sus dirigentes deben de andar buscando la cartilla de ahorros de Suiza y el pasaporte, por si las moscas. ¿Quedarán las revueltas populares circunscritas a países árabes o... podría pasar a otras regiones del planeta?

Vienen malos tiempos para la hijoputez, y para los que la han amparado. Tiempos que huelen a renovación, y a libertad. Bienvenidos sean.


Fotografía: Mirada

5 comentarios:

Anabel dijo...

Tu crees que de verdad sera posible? en toda la historia del mundo, la hijoputez ha estado muy presente...incluso cuando no habia ni ordenadores!

Buen fin de semana!

Tony Collbato dijo...

Poco se habla de http://djxhemary.wordpress.com/2011/02/03/la-revolucion-de-islandia-una-revolucion-ejemplar-y-silenciada-en-los-medios/ ,¿se podría tomar como ejemplo de que es posible lo que cantaba Labordeta?

Food and Drugs dijo...

Eres demasiado optimista. Puede que cambien los perros, pero estate seguro de que les pondrán los mismos bozales. De lo que no hay duda es de que a los regímenes árabes se les acabó la barra libre y la pose chulesca con su pueblo. Van a vivir a partir de ahora con la sensación permanente de ir pisando huevos. Tendrán que gobernar mirando por el espejo retrovisor, y eso es, en definitiva, la esencia de la democracia.
Por otra parte esta revolución, a mi entender, no lo ha motivado ni el odio a USA, ni a Europa, sino más bien todo lo contrario.
La gente del norte de africa ha cambiado su referente de malos y buenos, de ricos y pobres. Miran a Dubai y a Arabia Saudita, y las preguntas que antes se hacían y que les eran devueltas con respuestas sencillas ahora ya no valen.
¿Por qué ellos sí y nosotros no?¿Cual es ahora la justificación?
¿No éramos tan hermanos?
Al final se les ha acabado cayendo la venda de los ojos.
Insisto, debemos estar con ellos. No perdamos esta oportunidad histórica.
:-)

Kayele dijo...

Esperemos que esto sólo sea la chispa que enciende un gran fuego...


(Por cierto, me tienes que contar cómo haces para linkarte en mis posts :))

pon dijo...

no parece que sea la mano negra y espero que no lo sea, en todo caso ojalá esto sea como las fichas del dominó y no pare hasta que todos los países árabes se sacudan de encima a sus asquerosos dirigentes, incluído Ahmadineyah. Lo malo es que detrás de un hijoputa puede venir un hijoputón.......pero al menos hay que intentarlo.